Los padres son los que dan y los hijos son los que reciben.

La frase anterior se rige por leyes divinas y físicas, también por el sentido común.

Quizá es más fácil entenderlo cuando un bebé nace, este ser es pequeño y frágil y necesita del entorno, en especial de su madre para poder sobrevivir, hasta aquí la historia es comprensible.

Lo que sucede es que a algunos padres, y en este caso concreto a algunas madres (pues en ellas se centra este post) se les olvida esta importante premisa.

De esta forma abundan madres que:

  • descargan con sus hijos sus conflictos involucrándolos en asuntos que les deberían ser ajenos
  • desean que sus hijos llenen sus vacíos y expectativas
  • creen firmemente que sus hijos están obligados a abastecerlas económicamente y/o emocionalmente
  • ponen su felicidad en manos de sus hijos

Relación abusiva madre e hijo

Estas madres sin darse cuenta están generando un desequilibrio en la relación olvidándose de que ellas son las adultas y por lo tanto las que están en disposición de dar y no tanto de pedir o en el peor de los casos exigir.

Si tú tienes una madre manipuladora que se siente victima, ella se relacionará contigo manipulándote desde el «te necesito», es importante que tú como hijo no retroalimentes ese desequilibrio.

Como hijo generas un desequilibrio cuando te conviertes en la madre de tu madre.

Esta actitud de sobreprotección hacia tu madre hace que no tengas tu energía centrada en ti o en tu propia familia, si es que la tienes.

Si sientes que cuidas en exceso de tu madre es importante que empieces a interiorizar que la felicidad de tu madre (ni la de nadie) no depende ti.

Es natural que quieras que tu madre se sienta feliz, pero encargarte tú de su felicidad, es colocarte un peso muy grande en tus espaldas.

Como hijo y como persona estás aquí para hacerte 100% responsable de vivir tu propia vida y eso es difícil cuando llevas cargadas las mochilas de tu madre.

Los principales problemas de los hijos con madres controladoras, posesivas, castradoras o infantiles son la tendencia a responsabilizarse en exceso de las necesidades y asuntos de otros junto con contención emocional y dificultad para expresar sus emociones de forma asertiva.

La fuerza del vínculo madre e hijo

Empezar a relacionarte de forma ordenada y armoniosa con tu madre requiere que te coloques en el rol de hijo.

Y para eso tendrás que aprender nuevos comportamientos, por aquí te describo algunos:

  • Ábrete a ser más receptor que dador.
  • Deja de ver a tu madre como una víctima, si la ves así reforzarás su patrón infantil de «aprovecharse» del entorno.
  • Deja de hacer por tu madre las cosas que ella puede hacer por sí misma.
  • Recuerda que la felicidad de tu madre no depende de ti.
  • Deja de aleccionarla, juzgarla o querer cambiarla, si haces esto te pones en el papel de «el grande» o «el salvador«.
  • Deja de hacer tuyos sus problemas.
  • Recuerda que en su interior tu madre es fuerte y puede hacerse cargo de su destino.

Espero que estas nociones puedan ayudarte o al menos orientarte.

Por ahora me despido, ya sabes que puedes dejarme tu comentario u opinión al hilo del post.