Por fin, llegó la Navidad …
Próximamente vienen unas fechas bonitas y alegres para algunos, y melancólicas y un tanto complicadas para otros.
Sea como fuere y aunque te encuentres en esta última situación siempre puedes hacer un esfuerzo consciente para disfrutar o al menos sentirte bien durante estas fechas.
Algo muy típico de estas fechas aparte de los adornos, las luces y todas esas cosas, son las comidas de empresas, amigos y cenas familiares.
Como decía antes, para algunos estas reuniones son un grato encuentro y para otros un motivo de inquietud o malestar porque temen que puedan darse peleas o desencuentros.

-Bill McKibben-
Es por esto, que en este post voy a hablarte del ego y de una serie de actitudes egoicas que deberías abandonar en estos encuentros.
¿Cuál es la función de nuestro Ego?
Nuestro ego tiene la capacidad de influirnos en todas las decisiones que tomamos, y en las acciones que determinan nuestro destino.
Podemos llegar a ser esclavos de nuestro Ego sin darnos cuenta.
Aprender acerca de la relación que mantenemos con él es imprescindible, para tomar conciencia de cómo nos influye, y lo fácil que resulta caer en su dominio.
Conocer la función que tiene el ego en nuestras vidas nos ayuda a poder identificarlo y responsabilizarnos de él
El ego no es algo externo a nosotros. Representa a nuestro yo, la identidad con la que nos mostramos ante los demás y ante nosotros mismos.
Está constituido por todas nuestras experiencias y nuestros aprendizajes, por todos nuestros miedos y heridas sufridas.
El Ego se manifiesta en nosotros mediante una constante lucha por tapar las debilidades.
Por mantener una apariencia de fortaleza y distanciamiento emocional.
Representa nuestra conducta más infantil, la que no ha aprendido de los errores, la que se ha quedado anclada en el pasado. Nos protege con “asuntos” como: la novedad, la intimidad, el acercamiento, el compromiso y el amor…
¿Cómo nos perjudica en nuestras vidas?
Cuando no tomamos conciencia de que nuestro ego puede haber adquirido el dominio de nuestra conducta, vemos como algo natural el rencor, la vanidad, la violencia, la posesión y la destrucción.
Al no responsabilizarnos de nuestra vida, actuamos en modo automático, sin tomar conciencia de las consecuencias que conllevan nuestros actos. Nos alejamos de nuestra esencia, de nuestra humanidad; alimentando nuestro ego.
Acaba siendo inevitable caer en la infelicidad y el sufrimiento. Ya que el ego se alimenta de esto mismo, de la miseria, de la tortura a nuestro bienestar y nuestras posibilidades de adentrarnos en nuestra felicidad.
A traves del Ego nos sentimos culpables por reconocer lo que necesitamos, lo que queremos . Incluso hasta el punto de llegar a sentir culpa por entregarnos al amor.
Es nuestro juez interior más severo y la vez más injusto. Nos hace cobardes en el amor, competitivos, egoístas y desconfiados ante los demás. Nos convierte en sujetos pasivos desde la posición de victimas.
A través del victimismo todo lo que nos sucede lo asociamos a causas externas.
¿Cómo disminuir la importancia del Ego?
Para poder ser personas más responsables sobre nuestras vidas y conscientes sobre nuestro desarrollo personal, no se trata de eliminar al ego ni desprendernos de él. Ya que el ego forma parte de lo que somos y es algo que resulta inevitable.
El trabajo personal a realizar sería el de disminuir su influencia en nuestras vidas, y sobre todo tomar conciencia de cuándo es el ego el que está tomando la posesión de nuestros pensamientos y actos. Al hacernos conscientes de cuando aparece la influencia del Ego, es cuando podemos dominarlo, y decidir la actitud que nosotros queremos tomar. Desprendiéndonos así del rol victimista que nos engancha al sufrimiento.
Cuando somos capaces de dominar a nuestro ego nos liberamos de actitudes que nos generan sufrimiento como:
· La necesidad de tener la razón.
· Sentirnos ofendidos por creer que los demás nos atacan.
· La necesidad de ganar y triunfar para ser los mejores.
· La necesidad de sentirnos superiores a los demás.
· Identificarnos con nuestros logros, situando nuestro valor personal en ellos.
· El deseo de la posesión y de tener más(envidias).
Hay que trabajarlo, observarlo desde afuera para que no nos absorba. En todo caso, podemos trascender a través de nuestro ego, no por medio de él. Esto quiere decir que puedes hacer valer tus motivos y necesidades, pero también las de los demás.
La causa del malestar esta fuera y no dentro.
Así que obsérvate estos días y no te dejes dominar por él, en estas reuniones. Un ego trascendido no mira hacia dentro, sino hacia fuera. Por lo tanto, se libra del egoísmo material y lo pone a trabajar al servicio, no solo de uno mismo, sino de los demás y de la propia sociedad.
¡Felices Fiestas!!!!!!!!!!!